Un paseo por el mercado de flores de Jaipur con Irene Baque

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A Stroll through the Jaipur flower market with Irene Baque

Irene Baque es una destacada directora de cine documental nacida en Barcelona y afincada en Madrid tras once años en Londres. Su amor por la narración visual y su dedicación a abordar temas de identidad, resistencia y el papel de la mujer han definido su carrera. A través de sus películas, Baque nos lleva a rincones del mundo como El Salvador, Bangladesh, Filipinas y Etiopía, explorando y revelando las realidades de sus habitantes.

¿De dónde eres? ¿De dónde vienes?
Nací y crecí en Barcelona, ​​pero después de 11 años viviendo en Londres, siento que ha dejado una gran huella en mí. Ahora vivo en Madrid.
 

¿Qué te inspiró a convertirte en director de cine documental?
No estoy muy segura, fue un proceso gradual. Soy una persona muy visual y desde pequeña solía hacer lo que ahora llamamos mood boards recortando cosas que me gustaban de revistas para adolescentes. Esto tiene que ver con la idea de ser una contadora de historias y contarlas, que es algo que me fascina.

¿Cómo describirías tu evolución profesional desde tus primeros proyectos hasta tus trabajos más recientes?
He aprendido mucho a escucharme a mí mismo y a seguir mi intuición para explorar realmente los temas que me parecen relevantes. Empecé a trabajar en The Guardian cuando era muy joven, estaba muy limitado a contar historias que tuvieran relevancia para un público más general. Ahora, no solo hago lo que quiero sino que también experimento con formatos y estoy en un limbo constante entre el documental y la ficción. También le doy mucha más importancia al elemento estético, que es algo que siempre me ha importado.

¿Qué te motiva a centrar tus historias en las mujeres y en temas de resistencia e identidad?

Supongo que son temas cercanos a mí, como mujer. También son temas con los que, de una manera u otra, me siento identificada o reflejada, por muy lejana que parezca la historia. Al final, los sentimientos de las mujeres son bastante universales.

¿Qué te gustaría que la gente se llevara después de ver tus películas?

Supongo que el optimismo. Porque aunque he tocado temas muy negativos, siempre lo hago desde la perspectiva de la heroína, nunca de la víctima. Me gusta que mi público considere las cosas desde ese ángulo.

¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Estoy en plena producción de un cortometraje de ficción que habla de los miedos heredados en el seno de una familia de mujeres. Está ambientado en un pueblo de La Mancha llamado Lagartera, famoso por sus bordados y sus antiquísimos vestidos regionales.

¿Qué te atrajo de Romualda?
Me gusta mucho la forma de los sombreros, son como piezas arquitectónicas que son divertidas de usar para composiciones en cámara. También soy amante del color, por lo que es una pieza que se adapta perfectamente a los visuales que creo.

Cuéntanos más sobre tu viaje a la India con Romualda. ¿Cómo es estar en el mercado de flores?
Al mercado de flores de Jaipur hay que llegar muy temprano por la mañana, al amanecer. Es el mercado mayorista donde compran las flores del día al peso para hacer guirnaldas y venderlas en las calles. Cuando sales del hotel al amanecer y aprecias ese silencio único en las calles que desaparecerá durante el resto del día, no te imaginas el bullicio que encontrarás en una plaza cercana. Al llegar, es una explosión de color, olores y personajes increíbles. Visualmente tiene todo lo que me gusta: obviamente las flores pero también retales de tela únicos que ayudan a envolver los pétalos. Disfruté mucho experimentándolo a través de la cámara.

Ya hemos tenido el gran placer de trabajar juntos, pero si tuvieras que crear otra pieza para Romualda, ¿cómo la imaginas?
Creo que los sombreros de Romualda encajan en cualquiera de mis piezas. Me fascina el verano, la vida familiar, las haciendas antiguas y la nostalgia, así que cualquier cortometraje que reúna esos temas encajaría con los sombreros, que considero atemporales y se adaptan a mi estética.