A través del escaparate: Alix Bortoli y el lenguaje de la luz

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Through the Window: Alix Bortoli and the Language of Light


La artista y directora afincada en París, Alix Bortoli, aporta una sensibilidad poética y táctil a todo lo que crea. Para su colaboración con Romualda, transformó el escaparate de la tienda de Madrid en un paisaje luminoso inspirado en los líquenes: un diálogo entre la naturaleza, la luz y el tejido. Trabajando con textiles tratados con cera de abeja y madera, Alix dio forma a una instalación que parece viva: orgánica, cálida y profundamente conectada con el espíritu de la colección.

 

 

1. Creaste una preciosa instalación para el escaparate de la tienda de Romualda en Madrid. ¿Podrías contarnos el concepto detrás de ella?

 

Las fundadoras, Cristina y Mariana, compartieron conmigo su inspiración para la colección, que estaba basada en los líquenes y el mundo natural. Así que quise crear una instalación inspirada en los patrones de los líquenes, utilizando textiles combinados con cera de abeja para darles una textura orgánica, casi como de piel. También añadí iluminación para darle un toque más poético y mágico.

En mi estudio de París hice varias maquetas y experimenté con la cera de abeja sobre los textiles y los hilos, además de hacer muchos dibujos. Luego llevé todo a Madrid y, junto con Hugo, mi asistente, empezamos a construir la instalación allí. Estábamos bien preparados, pero también quisimos dejar espacio a la improvisación, inspirándonos en la colección y en lo que descubriríamos al acercarnos al trabajo de Cristina.

 

 

 

 

2. Tu trabajo suele comenzar con una investigación de materiales y técnicas. ¿Cómo fue ese proceso en este proyecto?

Esto es algo que hago en cada proyecto: siempre me gusta experimentar con una nueva técnica. La forma artesanal de trabajar es muy importante e inspiradora para mí. En este caso, quise desarrollar más mi trabajo con el textil, pero también explorar su dimensión escultórica; la instalación se sentía casi como crear una lámpara gigante.

Elegí trabajar con cera de abeja porque tenía sentido con el universo de la marca, cuya colección está inspirada en la naturaleza. Además, me permitía crear algo con un bajo impacto ambiental. Me fascinó trabajar con este material sobre el tejido; no es algo perfectamente limpio, deja marcas y tiene esa cualidad orgánica, honesta, que me encanta.

 

 

 

3. La estructura combina madera y tejidos tratados con cera de abeja: una mezcla fascinante de textura y luz. ¿Qué te atrajo de estos materiales?

Elegí la cera de abeja y la madera porque, como mencioné antes, encajaban perfectamente con la colección de Romualda, inspirada en la naturaleza y los líquenes. Para mí, eso creaba una conexión muy fuerte.

 

 

 

4. Mencionaste que la cera de abeja permite que la luz se expanda suavemente a través del tejido. ¿Cómo influyó este juego de luces en la atmósfera que querías crear?

Decidí añadir luz a la instalación para darle un aspecto vivo y rítmico, reflejando el mundo natural. Además, me gustaba la idea de jugar con el hecho de que en invierno la mitad del día es oscuro, creando un efecto casi de escaparate navideño. El tejido, con la luz detrás y atravesando la cera de abeja, adquiere un aspecto muy cálido. Los patrones son casi como vidrieras, donde la luz que pasa a través de ellos crea un efecto hermoso y acogedor.

 

 

 

5. También incorporaste los sombreros de Romualda en la instalación. ¿Cómo abordaste la integración de tu visión artística con el universo de la marca?

Era muy importante para mí crear una instalación que combinara mi arte con la identidad de la marca, algo verdaderamente complementario. Por eso, junto con Hugo, decidimos usar los sombreros como objetos dentro de la instalación, dándoles distintas formas. Podían parecer flores alrededor de una raíz, flotar frente al tejido o simplemente integrarse en la composición, casi como si fueran setas.

 

 

 

6. Ya sea en el cine o en la escultura, tu arte siempre tiene una cualidad muy táctil y poética. ¿Qué une todas estas formas de expresión?

Siempre necesito crear con las manos. Trabajar con materiales me inspira aún más. Cuando se trata de cine, si es algo puramente digital, me cuesta imaginarlo como algo físico. Me inspiran profundamente escultores como Calder, Giacometti y mi favorito, Fausto Melotti. También me gusta conservar piezas de mis películas, como lámparas o telas, en casa, casi como reliquias. En el futuro, me gustaría unir más el arte instalativo y el video, creando un diálogo entre los elementos físicos y la imagen en movimiento dentro de mis instalaciones.

 

 

7. ¿Qué es lo que más disfrutas al colaborar con una marca como Romualda?

Lo que más disfruto de colaborar con Romualda es lo profundamente que su estética resuena conmigo. La marca fue fundada por dos hermanas: una pintora y una diseñadora. Me encanta su concepto de transformar un lienzo en un sombrero o un vestido; la creatividad detrás de eso transmite una alegría enorme.

Sus pinturas, siempre conectadas con la naturaleza y los sueños, son muy poderosas y tienen una fuerza femenina única. Las paletas de color y la libertad que expresan sus prendas son realmente inspiradoras. Además, valoro mucho que la marca produzca en España y Portugal, con un fuerte enfoque en la calidad. No siguen las tendencias; se mantienen fieles a la visión artística de las fundadoras, lo que hace que la marca sea verdaderamente única.